Hace unos meses recibí un correo electrónico de Clifford. Entró a mi sitio web y le gustó la idea de una sesión fotográfica en Buenos Aires.
Luego de explicarme sus necesidades, organizamos un lugar y una hora para una sesión de fotos en Puerto Madero, el vibrante y moderno distrito de Buenos Aires, donde se encontraba el antiguo puerto de la ciudad.
Stefanie, la novia, con quien vive en Paraguay, no tenía idea de viajar a la cercana Argentina y a lo último, al llegar al aeropuerto, Clifford le hizo saber que Asunción ya no era su destino final. La elección recayó en Buenos Aires por el encanto de su arquitectura, por la cual es apodada la «París de Sudamérica».
Un lugar romántico, ideal para un viaje en pareja.
Entonces en la tarde de un domingo de Mayo, después de que nos conocimos, comenzamos el servicio. A veces se fotos posadas, otras naturales, diferentes planes de retratos, detalles y fondos. Todo esto junto a las luces del atardecer y luego la espléndida iluminación característica del barrio, en que se destaca la “Fragata Sarmiento» y el «Puente de la Mujer» del arquitecto Santiago Calatrava.
Justo en el final de la sesión de fotos llegó el momento más hermoso e inesperado para Stefanie: la propuesta de matrimonio. Sabiéndolo de antemano, pensé bien sobre la composición, el fondo y los elementos que se incluirían en la escena, así como la luz ideal para capturar este momento de la mejor manera.
Ella dijo que sí!
Ser parte de un momento como este no tiene precio y es una de las razones por las que amo lo que hago, cada vez las condiciones son diferentes, las personas y las luces crean instantes únicos e irrepetibles. Al día siguiente nos encontramos para una sesión de fotos en el estudio y juntos seleccionamos las imágenes finales.
El trabajo de un fotógrafo requiere tiempo y esfuerzo, durante el servicio y más tarde, en la postproducción, pero vale la pena, sobre todo en el momento en que somos recompensados por la satisfacción de los clientes.
